“Tanto el vino como el mosto
del Condado de Huelva
tuvieron una gran importancia"
Gracias a la alta producción de caldos que allí se hacían, mi padre -comenta Juan Robles- abre una pequeña taberna en Sevilla en la Puerta Osario, próxima a la cochera de los tranvías. Allí, desde 1935, vende parte de los vinos blancos, mostos y aguardientes procedentes de la bodega de Villalba. Algunos años después, mis padres pensaron en abrir otra bodega en la Puerta de la Carne, cerca de la antigua Judería, para continuar con idéntico procedimiento de venta de los vinos de la tierra, aunque no llegaron a concretarlo y pusieron su objetivo en un lugar más céntrico. En esas fechas, había otras tendencias diferentes a las de hoy en día, ya que el mosto y el vino del Condado de Huelva tenían una importancia y participación protagonista en las costumbres de entonces.